¿A qué apunto a mi hijo, fútbol o música?

Cuando hace unas semanas hablaba con otros padres sobre las actividades a las que iban apuntar a sus hijos, mi amigo Felipe me dejó perplejo: “yo los martes y jueves no les puedo recoger hasta las 19h, así que elijo según el horario en el que se ofertan”.

Aunque es cierto que en alguna ocasión este puede ser el criterio para elegir, lo mas habitual es que los padres pensemos en aquellas actividades que creemos que pueden ser beneficiosas, o pueden aportar algo extra a la formación de nuestros hijos.

Hacer deporte siempre es sano y fomenta el sentido de equipo.

Los idiomas hoy en día son imprescindibles y en general, cualquier actividad bien orientada va a ser productiva.

Aprender a tocar un instrumento o formar parte de de un grupo de teatro musical aporta todas esas experiencias y muchas más.

¿Por qué es tan interesante la música?

En primer lugar, aprender a tocar un instrumento exige una concentración, constancia y esfuerzo que ya no es habitual adquirir ni siquiera en el colegio.

Añadido: Ser eficiente con el tiempo que uno tiene para practicar con disciplina y método, de forma que alcancemos el objetivo propuesto, ha dejado de estar presente en la vida cotidiana de nuestros hijos. Esta es una habilidad que nos servirá toda la vida, porque nos capacita para enfrentarnos a cualquiera de los retos cambiantes de esta sociedad nuestra.

Uno de los factores clave para progresar en este aprendizaje es la capacidad de escuchar, a nosotros mismos y a los demás.

Cuando practicamos, no podemos corregir aquello que no sabemos qué no es correcto, que no escuchamos.

La escucha activa es la base de cualquier actividad de mejora continua y del trabajo en equipo, de la empatía y de la relación con cualquier persona.

Tocar o interpretar para los demás es parte fundamental de estas enseñanzas.

Esta preparación exige confianza en uno mismo, en el trabajo realizado, y potencia nuestra capacidad expresiva.

Una buena presencia en público es clave para cualquier actividad que requiera exponer unos resultados, vender un producto, relacionarse con clientes o con empleados.

El aprendizaje de un instrumento desarrolla nuestra memoria, la coordinación de nuestro cuerpo, nos enseña a respirar correctamente y a ser conscientes de nuestro entorno. Nos ayuda a mirar hacia dentro y hacia fuera.

Hasta ahora solo hemos hablado de la interpretación a nivel individual, pero tanto la música como el teatro tienen un componente grupal y de equipo muy importante.

Hacer música de cámara, tocar en una orquesta o cantar en un coro desarrollan el sentido de pertenencia, de trabajar por un objetivo común en lugar de vivir de forma individualista, de ser sensibles a los demás, a sus necesidades, de aportar en lugar de exigir.

El aprendizaje de la música te da perspectiva y te ayuda a ver los objetivos a largo plazo.

Nuestros hijos viven en la inmediatez, en lo que da satisfacción instantánea.

La música es un camino largo que recorremos conscientes del presente pero en un dinamismo continuo, con sacrificios y también satisfacciones, aprendiendo y desarrollando la mejora continua.

Pocas decisiones a estas edades van a ser tan determinantes para nuestros hijos como la de ayudarles a comenzar esta andadura.

En Tempo Musical tenemos una amplia oferta de programas e instrumentos para estudios de música para que cada uno pueda hacer aquello que más le gusta.

Ofrecemos flexibilidad y personalización, y asesoramiento en todas las dudas que te puedan surgir. ¡Bienvenido a la música!